Heráldica

Regla 5. Distintivos

El escudo de la Hermandad y Cofradía es el siguiente, tal como se describe en el Anexo I:

escudo

 

Dos escudos ovalados y acolados. El diestro, de plata, una  columna al natural sobre terraza ajedrezada de sable y plata, resaltada de un flagelo y una palma puestos en aspa, también en sus colores naturales (que representa el lugar donde fue azotado Nuestro Señor Jesucristo).

El siniestro, cuartelado en cruz: 1º y 4º de gules, un castillo de oro aclarado de azur; 2º y 3º de plata, un león rampante de  púrpura, linguado y armado de gules y coronado de oro; entado en punta de plata, una granada en su color, rajada de gules  y tallada y hojada de sinople; sobre el todo, escusón ovalado de azur, tres lises de oro bien ordenadas con bordura de gules (que representa las Armas Reales de España).

Al timbre, Corona Real Española cerrada. Los dos escudos, colocados sobre una cartela de oro y está acolada de la Cruz de San Juan blanca y rodeado el conjunto por el Collar de la Orden del Toisón de Oro. 

 

 

  

GLOSARIO HERÁLDICO

ACOLADOS.-  Cuando dos escudos se ponen juntos.

DIESTRO.- El derecho, pero es la situación en el conjunto heráldico, luego es el de la izquierda según el observador.

PLATA.- Hace referencia al color blanco.

AL NATURAL.- En Heráldica, existen 7 esmaltes: 5 colores (gules, azur, sinople, sable y púrpura) y 2 metales (plata y oro). Cuando una pieza o figura no es exactamente de este color, se dice que está “en sus colores” o “al natural”, es decir el de la propia Naturaleza.

TERRASA.- punta o parte inferior del escudo.

AJEDREZADA.- Formando cuadros alternos como en el tablero del ajedrez.

SABLE.- Color negro

RESALTADA.- Cuando sobre una figura principal se coloca otra/s que sobresalen de aquella.

PUESTOS EN ASPA.- Piezas o figuras colocadas en forma de X

SINIESTRO.- Lo explicado en Diestro, pero ahora referido a la izquierda del conjunto heráldico, ó sea derecha del observador.

CUARTELADO EN CRUZ. – Conformar en un escudo, cuatro escudos o cuarteles,  mediante una cruz.

GULES.- Color rojo

ORO.- Se representra por el color amarillo.

ACLARADO.- El color de las puertas y ventanas de un castillo o torrre.

AZUR.- Color azul.

RAMPANTE.- Es la postura más propia del león: enderezado sobre sus patas, manos levantadas; la diestra alta y la siniestra un poco más baja, cabeza y cuerpo de perfil, boca abierta con lengua fuera, la cola hacia dentro y mostrando las garras.

PÚRPURA.- Color morado claro.

LINGUADO.- Animal tiene la lengua de distinto esmalte que el resto.

ARMADO.- Animal cuyas garras o uñas son de distinto esmalte que el resto.

CORONADO.- Animal que lleva corona sobre la cabeza.

ENTADO EN PUNTA.- Triángulo curvílineo que se coloca en la punta o parte inferior de un escudo.

RAJADA.- Flor o fruto que descubre su interior.

TALLADA.- Flor o planta que lleva tallo.

HOJADA.- Flor o planta que lleva hoja/s.

SINOPLE.- Color verde.

SOBRE EL TODO.- Se dice del escusón o pieza colocado/a en el centro de un cuartelado.

LIS.- Lirio estilizado.

BIEN ORDENADAS.- Dos arriba y una abajo

BORDURA.- Cerco que rodea el campo del escudo por su interior.

AL TIMBRE.- Parte superior y externa al escudo, donde se coloca la corona o yelmo.

ACOLADA.- Una pieza o figura que se coloca detrás de otra. 

Sede Canónica

capillaLa sede de la Hermandad viene fijada en la Regla 4 de las Sagradas Reglas. Así dicha Regla establece que la Hermandad se halla establecida canónicamente en la Capilla de la Fábrica de Tabacos de Sevilla y locales anexos, sita en calle Juan Sebastián Elcano, número 7, por Decreto del Vicario General de la Diócesis de 3 de marzo de 1965. Dicha Capilla se consagró al culto público en calidad de Oratorio por Decreto del Cardenal Arzobispo José María Bueno Monreal, de 24 de marzo de 1965. El domicilio social y fiscal es el mismo que el de la sede canónica.

La Hermandad se trasladó a su actual sede el Jueves Santo del año 1965, cuando de regreso de su Estación de Penitencia entró en la capilla de la Fábrica de Tabacos en el barrio de Los Remedios. La Capilla y los locales anexos que ocupan las dependencias de la Hermandad, se sitúan en el extremo norte de la finca que ocupa el recinto fabril y dentro de la plaza en la que se ubica el edificio principal de la Fábrica y colindante con las instalaciones del Círculo de Labradores.

La capilla es un edificio de planta de cruz latina con un crucero apenas pronunciado y prácticamente imperceptible desde el exterior. El edificio, que fue diseñado por el Arquitecto madrileño Mariano García Morales, sigue una estética funcional propia de la arquitectura de los años sesenta, con una traza muy sencilla, con muros de ladrillo visto y una cubierta adintelada sobre vigas de hormigón. La fachada principal de la capilla que se abre a la plaza interior de la fábrica tiene un gran portalón de hierro forjado y cristal, con las dimensiones precisas para permitir la salida de los pasos de la Hermandad en la tarde del Jueves Santo. A ambos lados de la puerta de entrada, se sitúan dos retablos cerámicos de los titulares de la Hermandad, cubiertos con tejadillo y alumbrados con dos faroles de forja. Sobre la referida fachada principal, se alza también una modesta espadaña con campana que se sigue haciendo tañer para llamar a los fieles a Misa.

interior capillaAdosada al lado de la epístola y con entrada desde la propia capilla, se sitúa la Sala de exposición, inaugurada el día 8 de septiembre de 2012, donde permanece expuesto gran parte del patrimonio artístico de la Hermandad.

El interior de la capilla, cuyos paramentos verticales también lucen ladrillo visto, aparece rematado en el presbiterio con un amplio arco de medio punto. En los brazos de los cruceros, existen sendas vidrieras, una con el escudo de Sevilla y otra con el escudo de la Hermandad.

Cristo de Amaro Vázquez

cristo-amaro-vazquezLa imagen de Cristo atado a la Columna cuya autoría se debe a Amaro Vázquez, tal como fue documentada por Celestino López Martínez en la revista Calvario, como obra ejecutada por dicho autor en 1602. Se trata de una escultura que ha tenido una gran relevancia en la historia de la hermandad por cuanto ha sido su titular cristífera durante trescientos veinte años, es decir, casi el 75% de todo el lapso temporal histórico de existencia de la Hermandad y es actualmente la pieza de su patrimonio con más antigüedad –más de cuatrocientos años- de las conservadas, procedente de su primera etapa de vida. Este hecho le otorga una alta valoración histórica, al margen de la que se le pueda atribuir artísticamente.

No conocemos por falta de publicación, la escritura pública mediante la cual la hermandad encomendó los trabajos a Amaro Vázquez, al menos López Martínez en su artículo antes aludido no la recoge ni su referencia archivística, pero es posible que la estudiase dada la familiaridad del investigador con los protocolos notariales.

 

Períodos al culto

En 1602, cuatro años después de la ruptura de la unión suscrita entre las hermandades de la Columna y Azotes con la de la Antigua establecida de común acuerdo en 1589, se encuentra a la corporación contratando la hechura de una nueva imagen de Cristo atado a la Columna con el maestro escultor Amaro Vázquez, probablemente establecida en el colegio mínimo de San Francisco de Paula. Desde ese momento hasta 1892 sería su titular de forma ininterrumpida. Este período de 290 años junto al de 1892 a 1939 lo convierten en la imagen titular más venerada en el tiempo en la corporación, ya que lo fue durante más de 325 años.

Los períodos en los que no se rindió culto a la imagen fueron dos. Uno primero, que comienza en 1892, cuando la hermandad solicita a la autoridad eclesiástica la cesión de la imagen de Cristo atado a la Columna procedente del Convento del Pópulo (hoy en la Parroquia de Santiago de Hinojos, Huelva) para darle culto, concediéndose en depósito por el Arzobispo de Sevilla el 7 de marzo de aquél año. Este primer período se cierra en 1916, cuando la hermandad encarga, siendo el Canónigo Francisco Muñoz y Pabón Teniente de Hermano Mayor Honorario, una nueva imagen al escultor Joaquín Bilbao, que es bendecida el 16 de abril de 1916, bajo el título de “Nuestro Padre Jesús del Dolor”.

La hermandad decide sustituir la nueva escultura de Joaquín Bilbao a fines del a década de 1930, por lo que en 1939, liderados por Jerónimo Gil Álvarez, un grupo de hermanos y devotos intenta la recuperación de la imagen que estaba en Hinojos, pero chocan con variados impedimentos. En dicho contexto tan desfavorable se vuelve a retomar la idea de recuperar de titular en 1938 al Cristo de Amaro Vázquez de 1602, que había quedado presidiendo la Capilla propia de la hermandad en la iglesia de Los Terceros desde 1904, -año del traslado a la capilla de la Real Fábrica de Tabacos-, y que gracias a la iniciativa de Gil Álvarez es recuperado en 1940. De esta forma la imagen vuelve a quedar expuesta al culto público de nuevo hasta el año 1973, fecha en la que es retirada de nuevo, conservándose con un pequeño dosel en la sacristía de la actual sede canónica de la hermandad.

Llama la atención de que entre la documentación que acredita que el antiguo Cristo de la Púrpura fue entregado al escultor Emilio Pizarro junto con un Cristo atado a la Columna; y es llamativo porque el decreto de autorización arzobispal que lleva fecha de 7 de julio de 1900 solo autoriza a ceder el Cristo de la Púrpura “mi Señor, se ha servido autorizarle para que pueda ceder la Sagrada Imagen de Nuestro Señor Jesucristo con el título de la Púrpura a la Hermandad que la solicita para darle culto, recibiendo de la misma una limosna para ayudar a costear otra de San Juan Evangelista de que carece y necesita para el Quinario que celebra todos los años”.

En Cabildo General de 21 de junio de 1903, se pregunta por algunos hermanos por el estado en que se encontraba la escultura de un San Juan encomendada al escultor Pizarro y Cruz, explicándose por un representante de la Junta de Gobierno la situación de la imagen, “y después de ligera discusión se nombra una comisión para que visiten a dicho Señor y recojan un documento en que se haga constar la propiedad de dicha escultura por no constar mas documento que la orden del Excmo”.

El 27 de junio de 1904 el mayordomo de la hermandad se dirige por escrito a Pizarro y Cruz diciéndole que al hacer inventario para hacer entrega al mayordomo entrante de los bienes de la cofradía, había comprobado que tenía en su poder las imágenes del Cristo Atado a la Columna y del de la Púrpura, sin haberse entregado todavía a cambio la imagen de San Juan que se comprometió hacer, suplicándole que manifestase oficialmente lo que procediese en ese asunto a la mayor brevedad. La respuesta de Pizarro se obtiene el 24 de agosto de 1904:

“EMILIO PIZARRO Y CRUZ. ESCULTOR. SEVILLA. = En contestación al atento oficio de V.S. de 27 de junio último, tengo el honor de manifestarle, que efectivamente tengo en mi poder las efigies del Sr. de la Púrpura y Atado a la Columna, para hacer a cambio de estas un San Juan Evangelista de madera para vestir, el cual se encuentra en construcción y concluiré a la mayor brevedad que me sea posible. = Dios guarde a V. muchos años. = Sevilla, 24 de agosto de 1904. = Emilio Pizarro y Cruz (firma y rúbrica). = Señor Teniente de Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna”.

Pero el San Juan no llegó a entregarlo y consiguientemente debió haber devuelto la imagen del Cristo atado a la Columna, no así el Cristo de la Púrpura que nunca volvió a la Hermandad.

 

Historia material

1962 Cristo Amaro VazquezEl Cristo atado a la Columna de Amaro Vázquez ha sufrido un gran número de intervenciones desde su ejecución, por lo que su historia material es tan amplia como su vigencia en el culto. Desde que se tiene documentación en la propia Hermandad, se obtiene información sobre las siguientes actuaciones:

-Año 1772. Consta que fue reencarnada por Vicente Alanís, y cómo recoge el Prof. Roda Peña, le desaparecieron sus primitivas veladuras.

-Año 1829. Se le sustituye su cabellera tallada por otra de pelo natural.

-Fines del Siglo XIX. Se retalla la cabellera.

-Año 1940. Coincidiendo con su reposición al culto como imagen titular sufre una profunda intervención, que le imprime su actual fisonomía.

La imagen, de principios del XVII, presenta todavía características del periodo manierista, a pesar de que en la ciudad se encuentren ya personajes de la talla de Juan Martínez Montañés. Tal y como explica José Roda Peña, dicha aseveración “lo demuestra el que su Cristo atado a la Columna siga muy de cerca, formal e iconográficamente, a la escultura que del mismo tema se conserva en la capilla sevillana del Museo, obra atribuida a Jerónimo Hernández”.

El Cristo se sitúa a la derecha de la columna, de manera erguida. Mientras el brazo derecho se dobla para colocarse sobre la columna, el izquierdo cae recto por la parte trasera de la columna. De la misma manera, podemos observar como el peso del cuerpo queda sobre la pierna izquierda de la imagen. Si atendemos al sudario, nos encontramos con una pieza de pequeño tamaño, sin apenas pliegues y una sencilla moña en el lado derecho de la figura.

 

Artículo Publicado en el Boletín "Columna y Azotes" nº 52, escrito por NHD José M. López Bernal y NHD Francisco de Borja Monclova Suárez

María Santísima de la Victoria

Maria Santisima de la Victoria“La devoción por La Madre de Dios debe llevarnos a imitar la actitud de María Santísima, que supo aceptar a Jesucristo, comprometiendo Su vida con Él desde la Encarnación hasta la Cruz. Ella estuvo presente en los primeros momentos de la Iglesia y lo sigue estando hoy para nosotros cómo modelo de la actitud cristiana y cómo Madre de la Iglesia, cuya cabeza es Jesucristo. Por ello los hermanos de esta Hermandad y Cofradía, deben manifestar su cariño y gratitud a María Santísima, que quiso servir al Plan de Salvación que Dios quiere para los hombres. En la imagen dolorosa de María Santísima de la Victoria, vemos a quién se identificó con el dolor de Su Divino Hijo para salvar a toda la Humanidad” (Regla 7).

 

La Hermandad rinde culto a María Santísima en advocación de Virgen de la Victoria. La excelsa talla de la Virgen de la Victoria data del siglo XVII, ejecutada probablemente entre 1611 y 1628, intervenida por Astorga en 1803 (inclinación de la cabeza mediante cuña en el cuello, introducción de ojos de cristal y posiblemente policromía a pincel sin pulir), Baglietto en 1859 (nuevo candelero, cintura y brazos), y Francisco Buiza en 1978 (nuevo candelero, tapado grieta del cuello y limpieza superficial).

Las manos son de Juan Luis Guerrero de 1916 y fueron restauradas integralmente por Enrique Gutiérrez Carrasquilla entre noviembre de 2006 y febrero 2007.

El origen de la advocación de Nuestra Amantísima Titular hay que buscarlo en la estancia de la Hermandad en el Convento de San Francisco de Paula y la vinculación de la orden de Monjes Mínimos de San Francisco de Paula con dicha advocación. La devoción a la Virgen de la Victoria arranca de la conquista de la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos.

Corría el mes de mayo del año 1.487, cuando el Rey Fernando el Católico al frente de las tropas cristianas llega a las puertas de Málaga, seguro de una conquista rápida y cómoda. Sin embargo, los acontecimientos se torcieron y la campaña militar no tuvo el desenlace con la celeridad esperada. El sitio de Málaga se enquistó durante todo el verano soportando las huestes del Rey Católico la dureza de los calores propios de la estación, así como los focos infecciosos que se originaron en el campamento cristiano. En estas circunstancias, el decaimiento provocado por los nulos resultados militares, así como por las penalidades que padecían los cristianos hacen dudar al Rey de continuar el cerco. Por ello, la Reina Isabel La Católica viaja desde  Córdoba para incorporarse al sitio a fin de alentar el debilitado ánimo de los combatientes cristianos.

Cuenta así la leyenda que, en ese trance dubitativo, el Rey tuvo un sueño en el que se le apareció la Virgen con el Niño sentado sobre su pierna con una palma de la victoria en la mano, animando al Rey a no cejar en el empeño y seguir hasta la consecución de la toma de Málaga, hecho que se le anunciaría al Rey con la llegada de dos monjes. Se cuenta también que el mismo San Francisco de Paula, teniendo conocimiento por el Conde D. Pedro de Lucena, embajador de los Reyes Católicos en la Corte francesa, de la intención de abandonar el cerco de Málaga, les escribe una carta, que les envía por medio de dos frailes, Bernardino de Cropalati y Giaccomo Lespervier, en la que les anuncia que a los tres días de recibir dicha carta caería Málaga.

A los pocos días se produce la caída de Málaga y la toma por las tropas cristianas del Rey Fernando el Católico, quien en muestra de agradecimiento ante la intercesión de la Virgen en la campaña militar, así como por la intervención de los monjes mínimos, de los orden de San Francisco de Paula, dona una imagen de la Virgen para su veneración en una ermita que se habría de construir en el mismo lugar en el que se situó el campamento cristiano. Cuenta la tradición que la imagen que el Rey Católico donó a la ciudad de Málaga era aquella que a su vez le había regalado Maximiliano de Austria y que recibía el culto del Rey Fernando en su oratorio de campaña. 

 

Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna

Santisimo Cristo Atado a la Columna“La imagen de Jesucristo representada en el Sagrado Misterio de la Flagelación nos recuerda a Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios que se hizo hombre, que se asoció al dolor de los hombres, solidarizándose con los que sufren moral y físicamente, para redimirnos de toda situación de muerte y llevarnos a una nueva vida. Los hermanos de la Hermandad y Cofradía deben ver en este Misterio Sagrado, lo que con Jesucristo y por Jesucristo quieran ser para otros hombres”(Regla 7).

 

La talla de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna es obra de Francisco Buiza, quien la realizó en el año 1974. La imagen fue restaurada entre noviembre de 2005 y febrero de 2006 por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Esta talla representa al Divino Redentor en el Misterio de su Sagrada Flagelación, al que rinde culto la Hermandad.

La imagen del Señor aparece junto a la columna, a la que está atado mediante una cuerda a una argolla situada en la parte superior de ésta. El Señor se sitúa a la derecha de la columna con el cuerpo inclinado sobre la columna, que contrasta con el giro de la cabeza hacia el lado contrario. La posición de las piernas es abierta, con el pie izquierdo adelantado, mientras que permanece retrasado el pie derecho del que levanta ligeramente el talón. 

La cabeza tiene una abundante cabellera que cae a los lados de la cara y sobre los hombros y presenta una barba bífida. Destaca la enorme expresividad de las manos, juntas y sobre la columna, en la que se aprecia la crispación y el dolor por los azotes que está recibiendo. El cuerpo apenas se cubre con paño de pureza en la cintura, atado mediante un nudo de una gruesa soga en la cadera derecha, que aparece descubierta.

Este Misterio de la Pasión de Nuestro Señor es descrito por los Evangelios de Mateos, Marcos y Juan:

Mt, 27, 26: "Entonces, Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado".

Mc 15, 15: "Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado".

Jn 19, 1: "Pilato mandó entonces azotar a Jesús".

Nuestro Señor sufrió, por orden del gobernador romano de Judea, Poncio Pilatos, uno de los tormentos más atroces que entonces podía soportar un reo. La Sagrada Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo se llevó a cabo de acuerdo con los usos romanos que, a diferencia de la flagelación judía, no tenía límite en el número de golpes. Para recibir tal tortura, fue atado a la columna que a tal fin existía en el Pretorio del Palacio del gobernador. La columna era de medio fuste de forma que el reo quedaba en posición más indefensa aún, si cabe, aumentando así su sufrimiento.

Eran seis los encargados de aplicar el castigo, turnándose éstos de dos en dos. Los verdugos utilizaron con Jesús el denominado “flagellum taxillatum”, que consistía en una empuñadura de madera con unas tiras o correas de cuero a cuyos extremos se fijaban pequeñas esquirlas de huesos o bolas metálicas aristadas, lo que producía además el desagarro de la piel y masa muscular. Jesucristo recibió más de ciento veinte golpes en la espalada, tórax y abdomen, lo que le provocó gravísimas heridas tanto externas, como internas, hasta el punto que, de no haber mediado la crucifixión, tales lesiones hubiesen provocado su muerte.

La imagen del Señor en su paso procesional está acompañada por el grupo escultórico que tallara José Antonio Navarro Arteaga en 2003, junto con un soldado de este mismo imaginero que realizó en 1996, sustituyendo a los sayones y soldado romano obra de Francisco Buiza.

 

Hermandad de Las Cigarreras

Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Columna y Azotes de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Victoria

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