Son duros los tiempos que nos han tocado vivir. A las propias consecuencias en el orden sanitario generadas por la pandemia, se unen las consecuencias sociales que la misma va a dejar y de la que nos costará también recuperarnos. En esta situación, la Hermandad es consciente de que debemos estar más atentos, si cabe, a los más desfavorecidos, los más necesitados, los predilectos del Señor.
La situación generada por el coronavirus ha obligado, también en la Hermandad, a tomar las medidas necesarias para la gestión del presupuesto de la Hermandad para este año 2020. Debido a la sensible merma de ingresos que se ha producido, se han aprobado las medidas para adecuar los gastos de la Hermandad para lo que resta de ejercicio.
Este necesario ajuste de presupuesto ha buscado que no se produzca un desequilibrio entre los ingresos y los gastos, para lo que todas las diputaciones han realizado un considerable esfuerzo en ajustar los gastos inicialmente previstos. Pero estas medidas han tenido como premisa fundamental mantener intacto y sin merma alguna el presupuesto destinado a Caridad. Este compromiso básico y fundamental para la Hermandad era necesario en estos momentos reforzarlo para dar la respuesta adecuada a lo que las circunstancias demandan, que no ha de ser otra cosa que tender la mano a quien necesita ayuda. La caridad es objetivo prioritario en estos tiempos de la pandemia.